Otro sector de la economía de gran relevancia económica y social para el país donde estos profesionales también deben cumplir una labor fundamental, es el sector de los alimentos, específicamente en los sistemas de refrigeración.
La producción de energía limpia y asequible se ha convertido en uno de los principales retos de la humanidad en el presente siglo. De ahí el interés de promover la participación de las energías renovables en la matriz energética de los países y, al mismo tiempo, desincentivar el uso de combustibles fósiles. En Chile, los principales consumidores de energía son los sectores transporte (36%), industrial y minero (39%) y el comercial público y residencial (22%).
Específicamente, el subsector residencial consumió alrededor de 56.412 GWh de energía, equivalente al 74,5% del consumo energético de los sectores comercial, público y residencial, representando el 23% del consumo energético total del país. En el subsector residencial, las fuentes de energía usadas predominantes son la biomasa (38%), la electricidad (25%) y el gas licuado (23%). En tanto, la climatización y el agua caliente sanitaria consumen el 53% y el 20% de estas fuentes de energía respectivamente. En este contexto, las edificaciones tienen un papel relevante, representando un total del 36% de la demanda energética final global, de la cual el 38% corresponde a Sistemas HVAC (climatización y ventilación).
Muchos países se han impuesto retos ambiciosos en esta materia . Chile, por ejemplo, se ha planteado como desafío desacoplar el crecimiento económico del consumo energético, lo que es posible alcanzar solo a través del uso eficiente del recurso energético. Además, entre los compromisos de la política energética de Chile para 2035 se encuentran reducir las emisiones de CO2 por unidad de PBI en un 30% respecto a 2007 y que todos los edificios nuevos deban construirse de acuerdo con estándares de construcción eficiente de la OCDE. Otro compromiso es garantizar un acceso continuo y de calidad a la energía a las viviendas de familias vulnerables, lo que se ha traducido en el reciente programa de calificación energética de viviendas del Ministerio de Vivienda y Urbanismo de Chile. Por lo tanto, los compromisos apuntan a objetivos económicos, medioambientales y sociales. Estos retos los deben asumir profesionales con sólida formación y con un alto sentido de responsabilidad social.
Aquí es cuando surgen preguntas tales como ¿Qué hace un ingeniero en climatización? ¿Cuál es su rol en la economía nacional? ¿Acaso predicen el clima? Un ingeniero en climatización es en realidad un ingeniero en sistemas térmicos de baja potencia, un experto en sistemas HVAC-R, una sigla en inglés que significa Calefacción (Heating), Ventilación, Aire acondicionado (Air Conditioning) y Refrigeración.
Otro sector de la economía de gran relevancia económica y social para el país donde estos profesionales también deben cumplir una labor fundamental, es el sector de los alimentos, específicamente en los sistemas de refrigeración. Chile es un productor importante de alimentos, que deben almacenarse, transportarse, procesarse, manteniendo condiciones controladas de temperatura y humedad y ahí también el ingeniero en climatización está llamado a tomar decisiones, mejorando y promoviendo el desarrollo del país. Cabe mencionar que los sistemas de refrigeración también son grandes consumidores de energía. Por ejemplo, en los supermercados consumen casi un 50% de la energía total y en nuestras viviendas el refrigerador doméstico consume aproximadamente un 30% de la energía eléctrica consumida en nuestros hogares.
La Universidad de Santiago de Chile es pionera y líder en la formación de ingenieros en climatización, una de cuyas labores principales, como ya vimos, radica en diseñar y mejorar sistemas HVAC y de refrigeración, implementando tecnologías más limpias y eficientes, a veces acopladas con energías renovables. Estos profesionales son y continuará siendo fundamentales para el desarrollo del país, lo que se ha visto reflejado en la demanda de climatización de la Universidad en el mercado laboral, y que aumentará en los próximos años, dados los retos del país ante los compromisos de eficiencia energética y desarrollo sostenible asumidos.